sábado, 21 de abril de 2018

Anorexia y Zurrón nacional variado: Saurom, Gris Perla, HDS,Subterráneo, Éxodo, Skylark...


    Hail! Os dejamos nueva remesa, desde Anorexia N. hasta unos piratas Freedom Call pasando por Gris Perla, Subterráneo o Skylark. Diverso material propio o de amigos.

Preciosa impresión del disco de Anorexia Nervosa del "Drudenhaus".


I. Barranco nos envía úttimas adquisiciones, con Saurom "Legado de Juglares" edic. especial con single "Mendigo" y demo, libro biográfico de la banda gaditana y un puñao de obras nacionales como Gris Perla, Subterráneo y otras bandas. Se ha quedado pelao er tío, según dice.




 Copia DVD Maiden "The Early days" que nos hace llegar J. Fajardo "Heavyer".





Tanto I. Barranco como P. Aliscar comparten pasión por la banda de culto Skylark. Aquí muestra del penúltimo álbum de estudio de los italianos, versión edición especial 2 discos con bonus.







Acabamos con una curiosidad. Copia entendemos pirata del debú de los alemanes Freedom Call. No tiene código de barras, ni libreto y encima con errata en el título del disco impreso en la galleta del CD, pone "...FairyCand" en lugar de "...FairyLand". 




lunes, 16 de abril de 2018

Winter's Tales. Insomnium en Sevilla.



Insomnium + Tribulation, Sala Custom, Sevilla (11/04/18)

Tribulación: Del lat. tribulatio, -ōnis. Congoja, pena, tormento o aflicción moral.
     Y una semana más, concierto de grupazos en la ciudad. En esta ocasión teníamos el placer de disfrutar de la banda de death metal Insomnium con Tribulation como teloneros de excepción.
     Es miércoles por la tarde, la apertura de puertas estaba prevista para las 19:00, una hora después de la merienda-cena de los protagonistas de la noche, pero se retrasó ligeramente. Mientras tanto yo, contra todo pronóstico, realicé el pre-concierto, un pre-concierto donde no faltó mi amigo Jim Beam pero algo más light que en otras ocasiones. Mientras las temperaturas primaverales se resisten a llegar, un desagradable viento y el frío ayudaban a crear el ambiente propicio para lo que viviríamos dentro de la sala, temas que te harían sentir en el invierno más crudo jamás vivido por el hombre (bueno, tal vez me haya excedido un poquito, pero es para que os pongáis en situación).

     Una vez abren las puertas, me dirijo a toda velocidad para adquirir mi entrada, pero cuál es mi sorpresa cuando descubro que no tienen entradas bonitas de taco, sino las feas amarillentosas con dibujo en negro de Ticketmaster; y eso, para las personas que guardamos las entradas, es una bajona en toda regla. Pero podía ser peor, un triste folio impreso con un código de barras. Apuramos los últimos minutos de previa antes de pasar a la sala. Pasan las ocho de la tarde, llegamos a la puerta y....DNI, por favor. No es la primera vez que me lo piden. Según ellos, es una nueva ley por la cual toda persona que acceda a la sala debe de estar identificada mediante el DNI y lo llevan a rajatabla: no DNI, no pasas; y da igual que vengas desde Cádiz sólo para ver el concierto. Buscando información no he encontrado nada al respecto salvo lo relacionado con las entradas nominativas o en el caso de acceso a menores a las salas. Si bien es cierto, toda persona mayor de 14 años debe de poseer DNI y exhibirlo a requerimiento de la Autoridad o sus Agentes (Real Decreto 1553/2005), pero este mismo Reglamento contempla la opción de no portar dicho documento en todo momento y no por ello debe de constituir delito, sanción u otro tipo de penalización. Pero volviendo al tema de los conciertos, si lo que dicen los señores de seguridad es cierto, pienso que es algo que se debería de anunciar con anterioridad al ser algo que antes no ocurría y dado lo restrictivo del asunto. Pese a la intransigencia del personal, comentar que el día del concierto de Machine Head, dicha práctica no se llevo a cabo, no quiero pensar que fue por la importante cantidad de público asistente...

     Dejando temas burocráticos a un lado, pasaremos a lo que nos interesa, el concierto. Entré en la sala con el concierto de Tribulation ya empezado. Pese a que la sala estaba llena un tercio, no de cerveza, sino de su capacidad total, había más gente de la que esperaba encontrar y eso, teniendo en cuenta que era miércoles y no grupos que atraigan a mucho público especialmente, está bien. Lo mejor de que no haya tanta gente es que puedes coger un buen sitio y en el momento que se te planta delante la persona de 1'93 metros de amplia espalda que por ley debe de haber en todo concierto, siempre puedes cambiarte de sitio, o empujarle si eres una persona agresiva, pero eso está feo. Tengo un lugar adecuado, buena compañía y una Coca-Cola extra helada sin aditivos ni añadidos, o sí... ya solo queda disfrutar de la oscuridad de Tribulation. 


Toda la puesta en escena iba en consonancia con lo que pretendían transmitir: maquillaje tétrico, vestimentas oscuras y luces lúgrubes en tonos verde pócima de bruja que otorgaba a la sala un ambiente de lo más tenebroso. No siempre los teloneros suelen convencer, pero en este caso, tuvieron la atención del público desde el primer momento. Su música consigue atraparte, con riffs psicodélicos como los del tema "Melancholia", logran hacer bello y elegante temas como la soledad, la muerte o el sufrimiento. Las voces guturales no siempre son bien recibidas o comprendidas, pero hay grupos, como en este caso, que son capaces de crear una agradable atmósfera donde disfrutar de sus voces y melodías. Para completar todo el cuadro siniestro, la extrema delgadez de los músicos con esas piernas sumamente delgadas y largas te transportaban a Pesadilla antes de Navidad, como si de unos familiares directos de Jack Skellington se tratara. Destacar al guitarrista, Jonathan Hultén, por sus bailes y giros por todo el escenario con los que conseguía transmitir lo bien que se lo estaba pasando allí arriba a pesar de estar hablando de quemar a los hombres y los sueños de los muertos. Quiero que sea mi amigo e irme con él de concierto.
     Tras cincuenta minutos de puro éxtasis macabro toca volver al mundo de los vivos. Disponemos de un descanso de veinticinco minutos antes de comenzar el viaje vikingo, tiempo que aprovecho para ir a la zona de merchandising, zona sin nada a destacar, camisetas, discos, etc, como otra cualquiera. Mi objetivo era adquirir el vinilo del último trabajo de Insomnium, el cual incluye el cuento escrito por el cantante a raíz del cual surgió el disco, pero ya se había agotado, así que...siempre me quedará internet. Busqué consuelo comprándome una camiseta.

     Y a eso de una hora comprendida entre las 21:00 y las 23:00, da comienzo el concierto de Insomnium. No hay tiempo que perder, disponen de cien minutos para deleitarnos con el death metal melódico más exquisito por lo que descargaron el Winter's Gate al completo. Se trata del último trabajo de los finlandeses lanzado en 2.016, compuesto por una única canción épica de 40 minutos dividida en siete cortes. Como dije anteriormente, el albúm está basado en un cuento escrito por el vocalista y bajista Niilo Sevänen. Una breve historia sobre un grupo de vikingos que se propusieron encontrar una isla legendaria al oeste de Irlanda a pesar del traicionero invierno que se aproximaba. 

Al igual que ocurriera con los teloneros, el juego de luces perfectamente escogido junto con los himnos épicos conseguían que te metieras de lleno en su historia hasta casi querer embarcarte en un drakkar e ir tú mismo en busca de la isla, sin ánimo de parecer exagerada... Finalizada la mega canción, le llega el turno a grandes temas de sus anteriores discos como "While We Sleep", "Ephemeral" y como broche a una noche mágica, "Only One Who Waits". Aunque fue un concierto para disfrutar de la experiencia sensorial de estar en una aventura vikinga, también hubo momentos para el desfase con los pogos reglamentarios (ya a estas alturas no me pidáis saber en qué canción se produjeron). Tras el brusco final de la última canción, Insomnium desaparecen a toda prisa. 

Normal, teniendo en cuenta que a las 23:00 el show debería de haber finalizado para recoger todo el equipo antes de las 00:00, llamar al bus. Tienen por delante una diez horas de camino para recorrer los 660 kilómetros aproximadamente que separan Sevilla de Valencia. ¿Que cómo sé todos estos datos? Tuve unos ayudantes estupendos.


     Como resumen de la noche me gustaría añadir que si no has escuchado a ninguno de los dos grupos, si te echa un poco para atrás el death metal con sus voces en ocasiones ininteligibles, esa atmósfera oscura de decandencia y terror, Insomniun y Tribulation son buenos grupos para darle una oportunidad al género, coger alguno de sus discos, tumbarte en un lugar tranquilo y deleitarte con su música hasta el éxtasis del alma.
   Y mariconadas a un lado, tras el concierto, la segunda mejor parte de la noche: hamburguesota de esas que te dan la vida, que en cualquier otro momento no te saben a gloria, en el puesto de fuera de la sala.
     Y así, estimado lector, lectora, es como viví los conciertos de Tribulation e Insomnium.
  Mia.